Época: Pontificado e Imperi
Inicio: Año 1140
Fin: Año 1180

Antecedente:
Pontificado e Imperio
Siguientes:
Federico Barbarroja y el Sacro Imperio
Hostilidades entre Federico y Alejandro III
El Tercer Concilio de Letrán
Ocaso y herencia



Comentario

El Concordato de Worms y otros acuerdos similares sirvieron de pauta para solucionar -o paliar al menos- el espinoso problema de las investiduras. Un tema quedaba, con todo, por resolver: el de la articulación de la comunidad cristiana y, consiguientemente, el de su rectoría. El gregorianismo había marcado su pauta abogando claramente por la supremacía papal. Por los mismos años de celebración del II Concilio de Letrán, Honorio Augustodunense redactaba la "Summa gloria de Apostolico et Augusto". Invocando la "Donación de Constantino" y los "Dictatus Papae" afirmaba que sólo al Papa le correspondía la corona y las insignias imperiales. El Papa disponía así del "dominium mundi" mientras que el emperador debía limitarse a ser un "advocatus Ecclesiae", una especie de delegado pontificio para los asuntos temporales.
Frente a estas afirmaciones se levantaron los defensores de las prerrogativas imperiales. Para ellos, la autoridad papal debía limitarse a la esfera estrictamente espiritual. Los años centrales del siglo XII conocieron en Alemania la formación de dos partidos: los welfen, partidarios de la supremacía de los Papas, que se alinearon junto a los duques de Baviera; y los weiblingen, defensores de la supremacía imperial, agrupados tras los duques de Suabia. Transplantados a Italia, los términos welfen y weiblingen darán los vocablos de güelfos y gibelinos llamados a protagonizar la convulsa política peninsular a lo largo de varios siglos.